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ToggleEs probable que todos, en alguna ocasión, hayamos imaginado que vivir solo por primera vez era algo emocionante, podrías tener el departamento de tus sueños, no obedecer a tus padres, hacer fiestas y despertar tan tarde como quisieras… pero, aunque esto no es del todo erróneo, independizarse también conlleva ciertas responsabilidades.
De hecho, ser independiente es la meta de muchos jóvenes, pero antes de que abandones el nido paterno, tienes que considerar todos los factores financieros que podrían presentarse, para que no te lleves ninguna decepción.
¿Estás listo para dar este gran paso?
No te preocupes si salir de la casa de tus padres te asusta, es algo normal que genera otros sentimientos, como nerviosismo combinado con alegría. Para que sepas con exactitud que tu momento ha llegado, primero analiza en qué situación te encuentras.
Es muy sencillo, se trata de considerar si tienes un empleo estable y bien remunerado que te permita pagar la mensualidad de un departamento o la renta, así como otros gastos, entre ellos, comprar muebles nuevos, pagar los servicios, surtir la despensa y ahorrar para cualquier imprevisto.
También debes hablar con tus papás sobre tus planes, no hay nadie mejor que ellos para aconsejarte, además te servirá para asegurarte qué tan lejos quieres irte, si los van a separar un par de colonias, o por el contrario, te vas a establecer en una ciudad diferente.
Haz una lista de todas las cosas que planeas llevarte y otra de los productos o muebles que te harán falta, de esta manera te podrás dar cuenta si tienes que esperar unos meses más para ahorrar y no llegar a tu nuevo hogar con limitaciones económicas.
¿Qué cosas deberías saber antes de tener tu propio departamento?
De acuerdo con el periódico El País, independizarse es el camino para “tener un espacio propio, un lugar que nos pertenece a nosotros y a nadie más, que tiene nuestro rastro, nuestra huella, nuestro toque personal”.
“Vivir solo se asocia a experimentar la libertad que supone enfrentarse a esa primera posibilidad de construir y vivir a nuestro modo. Aunque así como supone beneficios, también trae algunos costos que hay que enfrentar, por lo que es fundamental no idealizar el proceso para así poder disfrutar del mismo”, añade El País.
Lo importante, a la hora de dar este paso, es tener presentes los factores más importantes, que te ahorrarán tiempo y dinero, verás que el resultado será gratificante.
Consejos prácticos para independizarte exitosamente
Antes de que te vayas a vivir solo por primera vez, debes de encontrar un buen sitio, ya sea un departamento o una casa. Es importante que tenga una buena ubicación, por ejemplo, cerca de tu trabajo; también que cuente con servicios básicos alrededor y que la zona sea segura.
Al respecto, la especialista en finanzas personales, Marisa Díaz, explica que lo ideal es investigar los precios de rentas y ventas de departamentos, indagar el costo de los servicios, comprobar si hay transporte alrededor de la zona y las ventajas que ofrece la zona, como negocios y lugares de esparcimiento.
La experta, citada por el medio Más por Más, aconseja “apartar una cantidad mensual a manera de ahorro, debe ser equivalente a lo que pagarías de renta y funciona para ser consciente de lo que ese gasto va a significar. Implícate en los gastos de la casa familiar y reduce tus gustitos para que te des cuenta de tus posibilidades económicas reales”.
Cuando elijas el lugar y lo visites, no te olvides de revisar muy bien el inmueble: las puertas, la pintura de las paredes, que las llaves del agua funcionen, que no haya fugas de gas, entre otros detalles; con esto, te aseguras de recibir el departamento en buenas condiciones.
No olvides la mudanza, lo mejor es que previamente consideres los muebles que te vas a llevar, por ejemplo, tu cama, escritorio, alguna silla o sillón, así como utensilios de cocina (loza, tazas de café y té, sartenes de hierro fundido, entre otros accesorios de cocina). También incluye tu ropa y la ropa de cama, así te darás una idea si un auto pequeño será suficiente o necesitarás de un vehículo más grande.
Sobre la mudanza, también es conveniente que analices si podrás hacerla sin ayuda de nadie, o bien, le pedirás a tus padres y amigos que te apoyen en ese proceso; recuerda que esto también genera un costo que debes incluir en tu presupuesto inicial, lo recomendable es acudir a una empresa de mudanzas.
Aunque es emocionante llegar a un espacio donde todas las decisiones las tomas tú y la decoración dependerá completamente de ti, es conveniente que seas prudente a la hora de comprar accesorios y enseres domésticos, sobre todo los primeros meses, cuando tus finanzas apenas se están acomodando.
En lo que pocos piensan y que resulta fundamental, es en adquirir herramientas básicas que te salvarán en caso de emergencias: martillo, clavos, cinta métrica, llaves, cinta adhesiva y pinzas. Cuando te enfrentes a una descompostura o problema mayor, ten a la mano los números telefónicos de plomeros y electricistas.
¿Rentar o comprar?
Sobre este aspecto, el periódico La República explica que cuando los jóvenes dejan el hogar familiar, “buscan rentar un inmueble de acuerdo con sus necesidades, pero si se tiene el dinero para adquirir una vivienda, esta es la mejor decisión”.
Si analizaste tu presupuesto y tomaste la decisión de comprar tu propio departamento, analiza bien el tipo de financiamiento que más te conviene para que las mensualidades no absorban todos tus ingresos. Toma en cuenta otros gastos, no solo básicos sino de entretenimiento, para que alcances el estilo de vida que imaginaste.
“Aunque sea un poco más largo el proceso, por la propia seguridad de tu inversión, solicita siempre un contrato de venta, es un respaldo ante cualquier inconveniente que se presente. No olvides leer todas las cláusulas para evitar problemas en un futuro”, añade La República.
Sin duda, vivir solos es comenzar desde cero, aunque cuentes con el apoyo de tus padres, no deja de ser emocionante y un poco estresante. Sin embargo, toma en cuenta que de manera organizada puedes invertir en tu nuevo espacio, para decorarlo, remodelarlo e incluso, con el paso de los meses, buscar un sitio más grande.