La palabra que cada vez nos es más familiar abre un nuevo debate sobre la movilidad de la sociedad en la ciudad. ¿Qué es la gentrificación? ¿Cómo nos afecta? ¿Cómo debemos prepararnos para un fenómeno que a muchos no les parece?
La gentrificación, para quienes no tengan muy claro el concepto, es ese proceso a través del cual la ciudad se transforma: la población original de un barrio es desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo. El concepto originalmente se refería a la invasión de algunos barrios obreros ubicados en las cercanías del centro de Londres, por personas de clase media que adquirían edificios y los rehabilitaban. De esta manera, los precios de la vivienda subían y las personas que originalmente vivían ahí tenían que salir.
Es este el fenómeno que en los últimos años hemos visto crecer en la Ciudad de México. Muchas personas se han tenido que desplazar de sus casas y otras viven con la amenaza de que tal vez un día también tengan que hacerlo. Sobre todo, quienes parecen ser los más afectados son los dueños de comercios tradicionales que poco a poco han visto la apertura de nuevas tiendas, muchos de ellos han tenido que cerrar sus establecimientos debido a la competencia.
Es cierto que a primer vista esto puede parecer injusto, años de trabajo pueden irse en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, también existen los casos de éxito de gente que ha sabido adaptarse a las nuevas necesidades e intereses de su barrio; y es que quizá todo se reduce a eso: la adaptación. Abriendo los ojos, observando estas necesidades, podemos no sólo mantenernos, sino crecer y, con ello, conseguir que también nuestro barrio crezca. De esta manera, inevitablemente la mejora en los servicios llegará pues los ojos del gobierno estarán sobre nosotros.
